Un placer divino.
Sólamente es posible conseguirlo en aquellos años que la naturaleza reune las condiciones indispensables para que se desencadene la podredumbre noble.
Tiene un color ambarino intenso. Es un vino suntuoso con aromas de albaricoque, ciruela, dátiles y pan tostado. En boca tiene una acidez remarcable y es muy envolvente.